Me he pasado el día sonriendo. Ya no me es tan habitual la tristeza. Los ojos ya no se me inundan de gris. Pero hay instantes pequeñitos en los que me desvanezco como un montoncito de polvo en medio de un viento furioso, y dudo, contengo el aliento, me sujeto con fuerza al vacío... y vuelvo a sonreír.
viernes, 26 de agosto de 2011
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