jueves, 26 de marzo de 2009
La verdad
Ya va siendo hora de que te diga la verdad, de que lo sepas. Ese pequeño automóvil color negro, creo que le llaman compacto, y que conduce ese adinerado hombre de traje, no será tuyo. No. Ni sabes de qué marca es. Ni te importa. Alguna vez te imaginaste conduciendo uno, el que fuera, nada más para saber qué se sentía ir por ahí a gran velocidad. Bueno, no. Nada más porque así debía ser el futuro y uno en el futuro se ve conduciendo un lujoso automóvil , por qué no, estacionado en la cochera de una -aunque sea, para qué las exageraciones o extravagancias- bonita casa. En fin, que todo es en el fin y al fin, o sea hoy, no hay tal, ni casa, ni automóvil, ni... bueno, esas cosas. Pero es que todavía no estoy en el futuro, y ando trastocando realidades, tiempos y circunstancias con anticipación... No, no será mío; y suspiro mirando el suelo con consoladora resignación, alegre, muy alegre.
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