domingo, 27 de diciembre de 2015

Amor

Mi capacidad de amar está atrofiada. No puedo sentir amor sostenidamente: voy del sentimiento amoroso intenso y obsesivo a la indiferencia absoluta y egoísta. Tranquilamente puedo herir a quien ingenuamente se ha convencido de mi pasión. Intento justificarme. No me gusta herir. Pienso que en algún instante de mi infancia desarrollé tal mecanismo de defensa y ahora se me va de las manos: simplemente me insensibilizo. 
Mi niñez no fue terrible, pero recibí una educación algo trastocada. El amor y la violencia se confundían; no debería hacerte daño quien más debería quererte, aunque así ocurre y cada uno lo asimila a su manera. Yo lo hice así.    

No hay comentarios: