domingo, 10 de agosto de 2008

Náuseas grises

Él tenía unos ojos hermosos, grandes y claros... sé que, aunque lo describa minuciosamente, si usted no lo ha visto, no podrá imaginarlo tal cual es - o era. Quizá se lo ha topado por la calle, es su amigo o su pariente, pero le garantizo que para usted no significa lo que para mí. Usted no ha sentido náuseas -como yo- al saberlo cerca. En una ocasión me encontraba en el patio de mi casa, rodeada de paredes color vino y pequeños árboles verdes, bajo un cielo azul salpicado de nubes; él y yo hablábamos por teléfono, me dijo que amaba a [...] y yo, por primera vez, le creí. Juro que todo se volvió gris: el cielo, las paredes, los árboles y yo.

(martes 10 de abril de 2007)

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