lunes, 18 de agosto de 2008

Pormenores

Por fin pude dormir. Estaba preocupada.
Soñé que mi familia era perseguida por los militares de un gobierno fascista.
En mi nuevo hogar, las otras inquilinas empiezan a hacer ruido a las 5:00 am.
Me hundo a la mitad de la cama. Ahora sí uso almohada.
Me cambié de casa para comer cereal cuando yo quiera.
Colgué un cuadro con la imagen de una tarde de otoño: muy naranja.
Compré una escoba, café, galletas y una taza.
Ayer, muy temprano, escuché el llanto de alguien.
Ya casi no tengo miedo.
Me agrada mi -posible- trabajo.

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