domingo, 10 de agosto de 2008

Impaciente por arrojarme

No, aún no lo hago, pero ya sé qué voy a sentir cuando lo haga (imagine el lector que ya lo he hecho):


Me arrojé al vacío, perdón, a la vida independiente. El otro día vi una película llamada El Odio (La Haine de Mathieu Kassovitz); ahí se cuenta la historia de un hombre que se arroja de un edificio muy alto; mientras va cayendo se repite para tranquilizarse: "hasta ahora todo está bien..." así, hasta que se estrella con el pavimento. Lo mismo me repito yo: "hasta ahora todo está bien...".



Después de todo, creo que ya voy en picada.

(sábado 18 de agosto de 2007)

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