domingo, 21 de diciembre de 2008

Continuado y para nada extenuado fatalismo

Me temo que las cosas no van bien. El llanto contenido, el grito ahogado, el sollozo nocturno: casi imperceptible, lo hacen notorio. No parece así: sonrisas, besos, palabras afectuosas llenan el aire o mi pequeño pero significativo mundo. Acaso todo sea mentira. Lo lamento.
Ojalá sea sólo mi continuado y para nada extenuado fatalismo.

Te quiero tanto.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Viejo post

KIERKEGAARD SEDUCTOR


“Es completamente necesario saber convertir el amor en algo absoluto, delante de lo cual pierda importancia cualquier cosa; de otra manera, es mejor abandonar todo intento de amar alguna sola vez, aunque se tenga deseo de casarse diez veces”, dice Kierkegaard en el Diario de un seductor. Con esto da cuenta de lo que implica para él entregarse por completo a otro ser; amar antes que cualquier otra cosa parece, en primera instancia, dejarse arrastrar por la vorágine de emociones intensas que desata tan sólo una mirada de aquel que se ama. Pero, esta interpretación de lo que Kierkegaard ve en el amor contrasta con su personalidad. Kierkegaard parece un hombre apasionado, pero a la vez está dotado de una gran capacidad intelectual que lo sitúa por encima de todos aquellos que simplemente se jactan de ser apasionados. Hay, no obstante, que entender al ser apasionado del mismo modo como lo concebía Cicerón: “un ser cuya alma se encuentra perturbada o afectada”. En este caso, el amante, del cual Kierkegaard no participa, es aquel que se encuentra simplemente perturbado por el amor y como tal, puede llegar a ser un seductor, pero del tipo vulgar, puesto que en su apresuramiento por saciar el deseo de lo que le apasiona, se limita a obtener únicamente el gozo corporal, a saciar sus instintos carnales; dejando de lado lo que para Kierkegaard constituye lo más placentero, pero a la vez lo más doloroso, la entrega íntegra del objeto del amor: el instante preciso que justo cuando inicia termina; el momento justo en el que el deseo, no el vulgar que sólo aspira a obtener el cuerpo, sino aquel que aspira a poseer en su totalidad al ser amado, es colmado. Es doloroso, puesto que en cuanto se obtiene se pierde; así, Kierkegaard dice al concluir su diario: “Ya no tiene nada para negarme (Cordelia). Hermoso es el amor, sólo mientras duran defensa y deseo; luego todo es debilidad y costumbre”.
Kierkegaard no es precisamente el personaje de su Diario, pues aquel que se propone seducir a una bella damita se llama Juan, y aquella que es seducida se llama Cordelia. No obstante, se dice que su escrito es hasta cierto punto autobiográfico y es por ello que me he permitido adscribir a Kierkegaard la personalidad de Juan. El seductor que caracteriza Kierkegaard es un hombre que observa minuciosamente su entorno, es un estudioso celoso tanto de los libros como de las personas, tiene gran facilidad para expresarse y para obtener lo que desea, parece, como consecuencia, que tiene un gran control sobre sí mismo, sobre sus emociones. Es un ser del cual puede decirse que se conoce así mismo. Sin embargo, el conocimiento o cuidado de sí mismo, según la sentencia socrática, no parece cumplirse del todo en el alma del seductor de Kierkegaard puesto que en un principio dice, refiriéndose a Juan: “…pero aquel que se desorienta en su yo íntimo, se encuentra enclaustrado en un angosto espacio y en seguida se vuelve a encontrar en el punto desde el cual partió y recorre un laberinto de donde sabe que no podrá salir. Creo que esto último le ocurrirá a él, pero en forma mucho más terrible”.
Pareciera que para el seductor de Kierkegaard, esa inteligencia penetrante y esa capacidad de reflexión resultan más que un bálsamo para el espíritu, una enfermedad...


***


Esponjita dijo...
Yo sólo tengo una pregunta (y he aquí donde la esponja se pone odiosa):
¿De dónde saca usted, querdia moribunda, que "amar absolutamente" es dejarse arrastrar por las emociones?
Creo que hay una pequeña confusión: amar no puede ser pura "pasionalidad", es decir, ¿cómo puede decirse que el que ama abslutamente es "pasivo"?
"Dejarse arrastrar" "pasiones" implica "pasividad absoluta".
El que ama, en cambio, ama activamente.
La pasión, efectivamente, "con-voca", llama al amor. Pero amar no sólo es dejarse arrastrar.
Uno tiene que ser llamado (eso debe querer decir el danés, porque de lo poquito que sé de el es que es un buen platónico), pero tiene que hacer el esfuerzo de subir hacia lo amado.

No confudais amor con "arrastramiento pasional". El segundo no tiene mérito. Él primero "vale la pena".
Si no, el danés no diría:
“Es completamente necesario saber convertir el amor en algo absoluto": hay que "saber convertir", hay que transformar... ¿cómo puede ser algo pasivo "transformar"?

Salú:
la esponja odiosa
agosto 02, 2007 1:23 PM

abad dijo...
Dice usted que no sabe de dónde saco que amar absolutamente implica dejarse arrastrar, pues Kierkegaard debía tener una concepción del amor semejante a la de Platón, para el cual, el amor, según lo expresa en “El Banquete”, no es -de ninguna forma- pasivo, es, más bien, activo. Y sí, creo que tiene usted razón. Para Platón el amor o Eros es un ser atravesado por el deseo, el deseo de lo bello. El deseo de algo implica una carencia, una necesidad, y Eros, al pretender la belleza, da clara muestra de que carece de ésta y es precisamente esta carencia la que lleva a Platón a considerar al amor un “demonio” (intermediario entre los dioses y los hombres), ya que si fuera un dios, como todo dios, estaría colmado de belleza. No obstante, el amor no es, por su carencia, feo, ya que –como señala la sacerdotisa- existe un punto medio entre lo bello y lo feo, como lo hay entre la ciencia y la ignorancia, y es en ese punto donde se encuentra el amor… Eros es, pues, activo en su búsqueda de lo bello, como lo es el filósofo en su persecución por la verdad. Si Eros saciara su deseo, inmediatamente dejaría de existir, pero siendo hijo de Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza), está destinado a perder, sin cesar, lo que obtiene. El amor no puede ser pasivo, pues en tal caso, sería totalmente feo o bien totalmente bello, pero no puede ser feo lo que aspira a ser bello y no puede ser bello lo que sólo es en virtud de su deseo de lo bello… Ahora bien, mi interpretación sobre lo que implica amar absolutamente para Kierkegaard no niega esa concepción del amor activo, pues señalo la superioridad de éste –Kierkegaard- respecto a un sujeto que simplemente es apasionado –entiéndase por apasionado un ser cuya alma se encuentra perturbada o afectada-; el deseo que Kierkegaard busca satisfacer sobrepasa el de un hombre común; lo que Kierkegaard desea de su amada es una entrega absoluta de sí, que, en términos relativos al deseo insaciable de Eros, si ocurre que Eros colma su deseo, Eros deja de existir (lo cual no es posible, pues es en tanto que desea), así, si Kierkegaard colma su deseo, entonces, deja de amar… nada más placentero debe haber que saciarse de aquel a quién se ama, pero nada más doloroso que dejar de desear, de amar, a aquel que, por fin, nos colma de sí.
Por otro lado, la frase: “dejarse arrastrar…” como yo señalé, sí tiene un dejo de pasividad, pero ¿no se toma una decisión cuando se opta por dejarse arrastrar?, ¿tomar una decisión no es ya una acción? No obstante, uno puede –y esto tiene más que ver conmigo que con Kierkegaard- amar intensamente y, sin embargo, no pretender obtener al ser amado... eso sí que es pasividad. Pero dejarse arrastrar es más bien, poner el amor por encima de cualquier otra cosa, es actuar motivado por el amor.

Y no, no es usted odiosa.
agosto 04, 2007 10:36 PM

abad dijo...
Ya sé que no dijo usted que Platón lo expresa en ¨El Banquete¨, pero supongo que ahí fue.
agosto 04, 2007 10:40 PM


Esponjita dijo...
Es mi culpa (¡y evidentemente la de Priani porque usté fue su alumna!): cuando digo "platónico", me refiero a Neoplatónico: Plotino, Agustín, Ficino, Pico, el Erígena, y anexas....
je: ¿por qué fregaos todo mundo entiende por amor platónico las fumadas de Juliana González? (por su puesto, no es culpa de usted, mi querida moribunda)..

Ya ve, ya ve: Priani tiene la culpa. él debió dejarle muy claro lo que es el amor platónico... pero a ver, déjem seguir leyendo su respuesta para seguir contestando
agosto 06, 2007 6:18 PM


Esponjita dijo...
Sigo contestando:

mmmm... despuès del resumen del Banquete, creo que la respuesta se puso más interesante... a ver, déjeme pensar...

Pues creo que tiene razòn en casi todo lo que dice, salvo, de nuevo, en la frase de "dejarse llevar". Porque, digo, me gusta la defensa que hace usted del contenido de esa frase. Pero podríamos decantarnos también por una interpretación Agustiniana (y por ello muy cercana al NEOplatónico danés):
el amor no puede implicar ningún tipo de pasividad, no tanto porque se decida o no "dejarse llevar", sino porque el amor es elprincipio de acción.
Eso quiere decir que es el amor quién te hace actuar, moverte, levantarte todas las mañanas. Te arrastra, sí, pero no sólo a ir a ver al ser amado, a contemplarlo en silencio, sino incluso a comer y a respirar.
Mira: no hay, creo yo, amor pasivo. Hay, o amores silencioso, o amores turbulentos...

Y otra cosa: cuando uno comprende qué significa "obtener al ser amado" madura: no es necesariamente agarrarlo a besos y que se case con uno, esa es la visión adolescente (y de la que se vale la naturaleza para que nos reproduzcamos). Obtenerlo es comprender que el amor es una cosa de Uno mismo, no del otro...
pero ese es tema para otra discusión:

Saludos,

la esponja no tan odiosa
agosto 06, 2007 6:31 PM

abad dijo...
Está bien, pero no culpe usted a Priani. Yo soy muy distraída.
agosto 06, 2007 8:55 PM





(miércoles 1 de agosto de 2007)

viernes, 12 de diciembre de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Soy de mentiritas

Soy de mentiritas, casi de papel, casi dibujo.
Soy una raya: una distancia.
Soy de cristal; a veces de metal.
Soy algo que extraña, que no llora.
Soy profunda resignación.
No soy abismo, soy superficie.
Soy los ojos secos.
Soy inconmovible e inamovible.
No soy memoria.
Soy volátil, voluble, banal.
Soy paz.
Soy tormenta.
Soy la mirada hueca,
La palabra vacua,
La vocecita que canta,
La eterna sonrisa,
La melancolía,
La fatídica,
La muerta tiempo ha,
y las manos.

martes, 2 de diciembre de 2008

Nuestras Distancias (Palinuro y Estefanía)

En cuanto a las distancias que nos separaban y nos unían, lo más que puedo decirte es que también fueron incontables.

Había veces en que los dos amanecíamos acostados el uno frente al otro y entonces entre mi nariz y la de mi prima había unos veinte centímetros de distancia que primero perdían el cero para transformarse en dos y después perdían el dos para transformarse en cero.

Otras veces, sin embargo, cuando discutíamos y nos dábamos la espalda, entre mi nariz y la suya había cuarenta mil kilómetros de distancia que podían medirse a partir de la punta de mi nariz, trazando una línea recta que siguiera la curvatura de la Tierra por arriba de las montañas, de los valles, de las fábricas de lápices y de las chimeneas de los buques, hasta encontrarse con la punta de la nariz de Estefanía.

En otras ocasiones, yo medía los siete centímetros de mi dedo cordial y le introducía a mi prima seis y medio.

Ella me besaba entonces treinta de mis cuarenta milímetros de labios.

Yo le lamía un centímetro redondo de pezón.

Se metía ella en la boca dos pulgadas cilíndricas de mi miembro.

Le contaba yo diez lenguas de su lengua a sus muslos.

Se tragaba ella dos centímetros cúbicos de mi esperma.

Le mordía yo una pulgada esférica de nalga.

Calculaba ella veinte besos de mi ombligo a mi rodilla derecha.

Le saboreaba yo tres dedos lineales de saliva.

Me prometía ella cuatro onzas de lágrimas cuando me muriera.

Le juraba yo un litro de sangre cuando tuviera un accidente.





Fragmento de "Palinuro de México"
Fernando del Paso.

Tomado de Urganda

_________

La habitación, el espejo, la luz que entra por la mañana, mi cabello revuelto, tu dolor de cabeza, tus manos tibias, el antiguo teléfono color beige, tu respiración, tu aliento, tu piel.

Tu bufanda.

Tus besos.

Tus lentes.

El agua helada.

La cercanía. Las palabras vanas. Amor. El vacío. La distancia. La frialdad. El silencio. El hartazgo.

¿Estás bien?

¿Qué piensas?

¿Aún te duele la cabeza?

¿Aún me amas?

(No sé por qué)

-Ni soy tan joven, ni soy recatada.

El fastidio, los árboles, la tierra, las ardillas, la ardilla-ratón negra, sugus de piña, hojas secas, el Giovas.

-Me encantas.

El fastidio, el cansancio, el sueño. Más de 24 horas. Frío. Pellizcos.

-No puedo dormir.