sábado, 7 de noviembre de 2009

sábado, 17 de octubre de 2009

Sin título

Soy una viuda negra que lamenta los usos a los que nunca se me entregó. durante mi vida entera se me ha dejado por ahí olvidada, polvorienta, como un zapato viejo, caso de habérseme utilizado, se me ha utilizado como una herramienta, para poner la casa en orden, al frente del regimiento de criados.

J.M. Coetzee: En medio de ninguna parte. (Fragmento)


Nada de eso. No lo haré. Yo no. Estoy cansada de la asfixia, de la atadura corporal, del silencio, del mero obedecer. Así ha sido por mucho tiempo. Lo he hecho por dinero, por poder ir al súper a comprar yogurt... (y por compromiso, claro). Tendré que presentarme e imponerme, sin brincoteos, sin sonrisitas, sin humildad.

sábado, 3 de octubre de 2009

Nada

Yo no tengo nada que escribir. Yo tengo miopía y últimamente mucha tristeza contenida. He estado trabajando entre 8 y 18 horas al día. Estoy agotada. No sé bien qué he ganado. Hoy me imaginé muerta y pude preguntarme a dónde me fui y me respondí a ningún lado... no sé si me explico: me vi como si yo hubiera sido asesinada por un narcotraficante, y me vi a través de sus ojos, y vi que yo para él era como un fuego que con agua se apaga y me apagué para siempre. Nada era porque nada fui. Y lo peor, lo peor de todo, es que esos pensamientos ya no me duelen, sólo me causan recóndita tristeza, porque nada tengo y eso lo entiendo bien.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Uno

Lo que a uno lo hace perder la ilusión, es darse cuenta de pronto de que, sin familia, amante y talento, uno no es más que una especie de genérico intercambiable. He dicho.

sábado, 29 de agosto de 2009

Hoy

No se trata de decidir. Uno se suicida cuando no hay otra opción, cuando el hecho de estar aquí resulta insoportable. Estoy bien y pienso en el suicidio. Hoy estoy aquí y escribo. Hoy. Estoy y al mencionarlo tengo una sensación de extrañamiento, como cuando atravieso el parque de la esquina e imagino que, cual pez, nado, aunque de pie, e imagino a los peces nadando de pie en el aire, como yo; o cuando me percibo mirando el suelo, respirando y sintiendo el calor del sol, como si mirara/sintiera a través de un televisor, es decir, como si yo no lo sintiera, como si me diera cuenta de que "alguien" siente, para luego decirme "esto es lo real: la dureza del pavimento, la luz del sol, mi respiración". Nunca he intentado matarme. Ocurre que no he llegado al punto en el que no tengo otra opción.

martes, 11 de agosto de 2009

Diario

No he escrito un diario porque mi letra es muy fea. Escribiría cosas del tipo: Él dejó entrar la luz del sol y me despertó, bueno, eso le dije. Ya me había despertado un poco antes cuando lo oí lavar sus dientes. Me salto un pedazo del día. Estuvimos sentados en la banqueta, callados, discutíamos entre largos silencios. Yo miraba un pequeño gusano blanco que se retorcía en el pavimento y forcejeaba con el viento para alcanzar un trozo de basura podrida, que me causó gracia. Nos reconciliamos, pues ya teníamos mucha hambre. Él no supo nada del gusano, ni sé si lo miró... Fui a trabajar. Me dieron ganas de escribir porque estoy leyendo a Vila-Matas y cuenta un poco de verdad de sí mismo mediante los diarios de otros, como el de su mamá, Rosario Girondo: "Cada primer viernes de mes, ella imaginaba un suicidio y lo convertía en poema, como este del viernes 11 de octubre de 1953: 'Sería hoy perfecta /la loca carrera hacia la terraza, / un terrible salto al vacío, / quebrar las maderas de esta casa carbonera, / de la calle Provenza, / el salto al vacío, / lanzándome desde la sexta planta, / como el ama de casa que tira con indiferencia / un balde lleno de agua sucia, / sucia.'*


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*Enrique Vila-Matas: El mal de Montano.

viernes, 7 de agosto de 2009

Delirio

Estoy un poco harta de mi incompletud, de mi vida suspendida, de mi falta de carácter y de voluntad. Estoy llena de ira. Mi habitación es un ejemplo: las paredes blancas, la alfombra, la pequeña lámpara del buró, el edredón amarillo... todo sensatamente ordenado pero empolvado. Así me veo. Mi presencia no levanta sospecha, ni llama la atención. Mi ropa no es extravagante, ni mi porte es extraordinario. Mi cabello, siempre revuelto, es lo único que podría evidenciar mi desajuste mental, mi delirio, mi locura, pero no, pues coincide con alguna moda. Soy silenciosa y amable. Soy. No siempre, no últimamente: no he sido muy amable. A la primera provocación el tono de mi voz, pese a emitir un simple "gracias" o un "por favor", se torna severo, agresivo. Mi mirada no oculta el desprecio que siento por algún personaje que se me antoja hipócrita, mentiroso, mezquino. Acaso. He decidido
decir la verdad siempre y algo muy feo brotó de mí: mi desprecio por muchos, que bien ha de ser por mí...

sábado, 25 de julio de 2009

Lo ocurrido

Tenía los ojos soñados, que no soñadores, no se confunda, amable lector. Ocurrió con seguridad en alguna ocasión, aunque no sabe si fue cuando amanecía o cuando anochecía, aunque bien pudo ser durante un sueño apacible y reparador; mas no descarta la posibilidad de que el sueño fuera violento y hasta doloroso. No gritó, puedo garantizarlo, pues esa es cosa contraria a su ya encarnada convicción de no hacer escándalos innecesarios, y menos cuando lo ocurrido se presentó así, tan como si ya se le esperara: con la mesa puesta, y comimos y bebimos... pero no como usted imagina, querido lector, porque yo no hablo de comestibles, ni de mesas galanamente aderezadas, ni de glotones bonachones, sino de lo ocurrido: y el calor del sol le pareció un tormento, lo mismo que el frío nocturno y la tibia lluvia.

martes, 21 de julio de 2009

Dormidos

Después de una discusión, un fuerte dolor de cabeza, unos burritos, unas aspirinas, y muchos besos, nos quedamos dormidos en el Jardín.

viernes, 12 de junio de 2009

Malvada

Me gustan los colores de mi blog. Oh, sí. Por otro lado: hoy desperté a las 7:00am decidida a escuchar las 105.7 mejores canciones del rock mexicano 1989-2009. Pese a estar muy desvelada, desperté justo a tiempo: escuché la primera, la segunda, la tercera... y volví a quedarme dormida. Tuve sueños exóticos en los que se filtró la voz de la tal Mayté Perroni, integrante de RBD, creo, cuya dulce voz promueve el voto a favor del partido verde, para que nuestros hijos estudien inglés y computación, el gobierno pague las medicinas que no sean proporcionadas por el seguro y se apruebe la pena de muerte a asesinos y secuestradores. Y la soñé, a Mayté, dentro de una telenovela en la que ella se enamoraba de un príncipe coreano (?) que, astutamente, abusaba de ella a la primera oportunidad y la abandonaba semi desnuda en un parque público, triste, mas como era la protagonista y yo era como la directora, sabíamos, las dos, que un hombre cien veces más guapo y de ojos azules y todo lleno de virtudes, se enamoraría de ella y vengaría la ofensa del príncipe coreano malvado. Eso soñaba yo cuando un horrible, molesto, irritante, ruido me distrajo de mi yo directora de telenovelas: una secadora de pelo, la de una de mis vecinas, a la cual odié por desconsiderada, a la vecina. Una hora pasó secando su cabello, sin tomar en cuenta que eran las 7:15am, y que había gente, como yo, que sólo llevaba tres horas durmiendo, 3. Así que yo, muy malvada, casi como el príncipe coreano, salí y miré hacia la habitación de la vecina, pues quise conocerla, que tenía la puerta abierta, y pude verla tan linda con su cabello bien peinado y sus enormes aretes blancos y, sin más, la miré con desprecio, oh sí. Y volví a mi cama. 
Enn cuanto al partido verde... no estoy a favor, no. No estoy de acuerdo con un gobierno democrático en un país tan complejo y cuya mayor parte de sus habitantes sólo tiene acceso a una educación deficiente. México no necesita (sólo) dirigentes electos por el pueblo, o partidos políticos, cuyas propuestas de campaña se reduzcan a soluciones espurias, sino gente eficiente que resuelva problemas sin excusa.

miércoles, 3 de junio de 2009

Sólo quiero salir de aquí, volver a ser extravagante; caminar por ahí tranquila, con el cabello revuelto; poder cantar y bailar, no importa dónde. Gritar con todas mis fuerzas; quiero volver a creer en

martes, 2 de junio de 2009

Loca

Nueve meses de arduo trabajo "cajeril" (muy respetable y a veces dificultoso y aburrido) y por fin alguien me dijo: Sujey, no me había dado cuenta de lo loca que estás. Sonreí muy complacida. Casi le di las gracias y lo abracé.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Distraída

Te recordaba en la lejanía de cinco minutos que nos acababa de separar y pensaba en la futura lejanía de horas y hasta de días que nos esperaba... que nos espera. Pensaba en tu mirada tan llena de estrellas, y en tu seriedad; en lo fácil que es que te hundas en tus pensamientos y te muestres distante, frío e irremediablemente ajeno... ¡a mí! Basta una mirada o un comentario distraído y mal avenido, de esos míos, tan míos... Te amo.

jueves, 26 de marzo de 2009

La verdad

Ya va siendo hora de que te diga la verdad, de que lo sepas. Ese pequeño automóvil color negro, creo que le llaman compacto, y que conduce ese adinerado hombre de traje, no será tuyo. No. Ni sabes de qué marca es. Ni te importa. Alguna vez te imaginaste conduciendo uno, el que fuera, nada más para saber qué se sentía ir por ahí a gran velocidad. Bueno, no. Nada más porque así debía ser el futuro y uno en el futuro se ve conduciendo un lujoso automóvil , por qué no, estacionado en la cochera de una -aunque sea, para qué las exageraciones o extravagancias- bonita casa. En fin, que todo es en el fin y al fin, o sea hoy, no hay tal, ni casa, ni automóvil, ni... bueno, esas cosas. Pero es que todavía no estoy en el futuro, y ando trastocando realidades, tiempos y circunstancias con anticipación... No, no será mío; y suspiro mirando el suelo con consoladora resignación, alegre, muy alegre.

sábado, 7 de marzo de 2009

I´ve still got me to cross your bridge in this storm

Y lamento que te sientas solo.

Bueno he estado aquí antes
Me he sentado en el piso de una habitación muy gris,
Donde me quedo todo el día dentro
Y no como, pero juego, con esta comida muy gris,
Desolado, y si hay alguien rezando, entonces me puedo quebrar
Desolado, incluso si grito, no puedo gritar tan fuerte.
Estoy absolutamente solo de nuevo
Avanzando lentamente a casa de nuevo
Solamente pegado al teléfono de nuevo.
Si, bueno he estado aquí antes,
Sentado en el piso, con un ánimo muy gris,
Y me quedo despierto toda la noche
Y todo lo que escribo es esta melodía muy gris
Entonces reza por mi niño,
Solo por un rato, y puede que me quiebre….


(Gray Room de Damien Rice, preferí ponerla en español...)

La copié, la pegué... Me gusta: "Entonces estoy absolutamente solo de nuevo
Avanzando lentamente a casa de nuevo" (oh)

Me recuerda un escrito tuyo. Lo encontré increíblemente rápido... mi memoria recorre misteriosos caminos:

...Pues tu no sabes si realmente existes. En eso radica todo.
Tus miedos, tu ira. Tu necesidad de compañía, de amor.
Tu necesidad de encontrarte con ella, ¿No?
¿Donde esta ahora?
¿Dos calles abajo?
¿En tu cuarto de hotel preferido, con otro?
O en el callejón que tantas veces hicieron propio. Rescatando un poco de su animalidad.
Justo como tu, ahora.
¿No desearías ser un ratón? Ahora mismo ya estarías escondido en una cloaca.
¿O tan grande como un elefante? Así tal vez el impacto te hubiera dañado, pero seguirías vivo. Después de todo, es lo que realmente quieres, ¿No? Por eso estas aquí. Ahora. Conmigo.
No me digas. ¿Siempre ha sido por ella?
Me decepcionas. Eres tan patético como aquel día. ¿Recuerdas? Claro que recuerdas, por eso estas aquí.
¿O no?
Ojos
Boca
Huida
Y regresé a mi cuarto. Solo una vez mas.


J. Barragán (-----------------)

Eres bonísimo. Cuanto más te leo, más me gustas, aunque tus escritos me hieran alguna vez. Y eres tibio, no de carácter; es una tibieza, como la del agua, placentera, serena, dulce.

y yo aquí, (mal) escribiendo, extrañándote y no extrañándote, libre de ti, de tus palabras... sola.

No es reproche. Soy yo queriendo decir cosas, crear frases o recrearlas para ti, para tus ojos, para tu silencio, para tu soledad. Y he de contarte que hace un rato imaginé que me dejabas y que yo sentía que me desmayaba, que desfallecía... y que cerré los ojos para decirme que debía ser fuerte; y lo fui... y yo te decía que esperaba que todo fuera bien contigo y que muchas gracias.

sábado, 21 de febrero de 2009

Celos y locura

Ash. Y yo que tenía muchas ganas de charlar con usted. Hoy me siento como el otro día: trastornada, triste-alegre. No estoy ebria pero como si lo estuviera y ni una cafiaspirina me he tomado... Así que te has perdido mis interesentísimas reflexiones sobre los distintos modos de ser inteligente, "Carta al padre" de Kafka y nuestra vida sexual-amorosa, asunto nada trascendente y hasta concocídisimo por los dos, pero curiosísimo (además que habrías leído muchos superlativos regulares o palabras terminadas en "ísimos", "ísima", "ísimo"... como extrañísimo y bonísimo. En fin. Tengo celos. También habría hecho especial hincapié en que por fin he dejado de tenerle miedo a los asesinos seriales y, pese al riesgo de que me regañaras, te hubiera contado que en la pasada madrugada casi me atropellan sobre la Av. Insurgentes y que no tuve miedo, que miré arrogante y de frente al automóvil -que era rojo, detalle insignificante pero fiel a la realidad- y esperé a que el conductor descubriera mi figurita desvelada, distraída e inmóvil a la mitad del camino. También te hubiera confesado que, contrario a lo acostumbrado, en ese instante que pudo haber sido el último de mi existencia, yo no estaba pensando en ti y no porque mi amor por ti se haya agotado, sino debido a que el cansancio -conclusión a la que he llegado después de largas y nocturnas investigaciones sobre mi estado de ánimo y de conciencia después de un largo día de trabajo- me impide soñar, soñar con usted, que es lo que en estos tiempos más me deleita. En fin, aún tengo celos, los tendré toda la noche o hasta que me vuelva a olvidar momentáneamente de usted.
Que esté(s) bien.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Instrucciones para llorar

Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.


Julio Cortázar

Soñolienta

Me pregunto insistentemente cuándo recapacitaré. Envuelta entre cobijas, escucho a lo lejos a mi casero y a su tía, hablan del matrimonio, sobre todo la tía; dice que la tal Cinthya no quiere casarse porque es muy floja, puesto que atender a los hijos y limpiar una casa es una verdadera friega. Yo quiero que se vayan. Espero. Sigo preguntándome cuándo saldré de este letargo. Me levanto, tomo una manzana, la pico en cuadritos, le agrego crema y un poco de mascabado de canela, ordeno mi habitación, elijo la ropa que usaré... parece que lloverá: sumo un paraguas a mi bolsa, me baño, me visto, desenredo mi cabello. Me siento un instante en el borde de mi cama, percibo el olor a canela de mi habitación, escucho la radio, me sé fastidiada, me vuelvo a preguntar cuándo dejaré la soñolencia. Me miro en el espejo: yo otra vez, yo igual. Salgo, caen algunas gotas de lluvia, pocas; no hay necesidad de usar el paraguas, me decepciono: deseaba escuchar la lluvia, deseaba usar mi paraguas. Camino hasta mi trabajo, hasta aquí, y me sé ausente de mí, distante, me sé no yo.

martes, 17 de febrero de 2009

Él

"Frío, arrogante, galante con las damas; implacable con los maleantes, amigo, gran amigo..."

martes, 10 de febrero de 2009

Puedes pincharme

Puedes pincharme. Es realmente fácil burlarse de mí.

Un orgasmo disfrazado de lluvia de colores.
El dulce de sus labios.
El "te amo" cotidiano.
Su soledad de arena.
Sus ojos de miel.
Y el olor de su cuerpo...


La espera lo agotó; me agotó.


Puedes pincharme, no dolerá.

martes, 3 de febrero de 2009

De la fragilidad

ODA A LO PEQUEÑO-ABSURDO MIO

Hoy no estoy para nadie, dijera una voz interna disfrazada de canción. Hoy no estoy para nadie.

No me he convencido aún para creer estar por fin para alguien. A veces lo pienso tan agotador, tan sinsentido (palabra cariñosamente acuñada luego de dejar de lado el absurdo que dentro de la monotonía construí). Sin sentido sinceramente no estoy para nadie. Solo hoy, solo a esta hora. Sé que en un rato ya estaré o me harán estar, rodeado de un sinsentido de veinticinco palabras, dos coronitas y una mujer bailando. Unos reclamos, una voz interna que me dice ya vamonos interrumpida por un suspiro atorado en la regoleta magullada de mi epistolar izquierdo. Y sin embargo seguiré y me quedaré, un rato nada mas, en lo que se me pasa el coraje. ¡Demonios! ¡Como quiero verte! No necesito verte, todavia no. Pero mañana, seguramente.
J. Barragán


Tomado de La palabra canta...

domingo, 18 de enero de 2009

Acaso

Sí ha habido momentos privilegiados: Javier, por ejemplo, todo él, su presencia. No sé cómo contarlo sin reducirlo. Parece que vino a salvarme de algo, quizá de mí; a evitar mi desfallecimiento o mi muerte; a curarme.

¡Ah! No sé. Nada sé.

viernes, 2 de enero de 2009

Asfixia

La escuché decirlo insistentemente; me habló de lo mucho que me necesita: sus ojos enrojecieron, casi lloraron. Yo la miraba, la escuchaba; sabía que pese a su habilidad persuasiva no podría obtener el uso pleno de mi tiempo. Al fin dije: No. Bajó la mirada, su cuerpo se encorvó ligeramente. Me sentí decididamente mal, a punto estuve de retractarme, de entregarle mi vida una vez más, pero algo invisible que oprimía mi pecho, una sensación parecida a la asfixia, me contuvo. Supe que moriría con ella si aceptaba su proposición; así que dije: Si me quedo contigo, terminaré suicidándome. Guardó silencio. Con la intención de aligerar la pesadez, seguí: Quisiera querer ayudarte, pero no... no quiero. Sonrió amargamente. Desistió. Sin embargo, el malestar continúa en mí.