domingo, 9 de agosto de 2020

Indefectiblemente

Usted no lo sabe pero en estos días no he estado del todo bien. No es lo mío admitirlo* porque pienso que es mi problema y en general acostumbro hacerme cargo sola de mis cosas. No pido ayuda. Sé, al menos en ese sentido, de qué soy capaz: al final todo pasa. Es una de las ventajas de mi ser olvidadizo. Lo que duele da tantas vueltas en mí que acaba por desgastarse y yo termino tan herida que desarrollo una triste aversión que culmina en rotunda apatía; y no hay vuelta atrás. En mi defensa diré que mi ser se resiste con todas sus fuerzas a este tipo de desgarre emocional porque al final es una manera de matar-me: el amor que sentía por alguien, la confianza que tenía sobre algún aspecto de mí o un pedacito de mi envanecido ego... Y en teoría lo hago por mi bien y más si hubo maldad de fondo, mía o de otro. 

*Bueno, aquí sí, pero esta es una bitácora de emociones que guardo para no olvidarme de mí misma.

sábado, 8 de agosto de 2020

Hoy llovía

.


 En voz bajita:


Puedo pedirte perdón y darte las gracias por haberme hecho daño (bueno, no sé quién le hizo daño a quien).

***

Digo que no me asusta la soledad y así es. Me pregunto si eso es todo.

***

Esto pensé alguna vez y no me atrevía a publicarlo (es que no está bien visto):


"Te has convertido en una zorra* triste".


Luego se me rompió el corazón y pensé:


"Ahora eres sólo triste".



*Una zorra es alguien que está con alguien que no la quiere y lo sabe, por si usted no está familiarizado con este concepto.

***

Puesto que no estaba dispuesta a construir, mi perspectiva del futuro era gris. Aún lo es. He tenido que sufrir y es posible que crezcan en mí plantas, flores y aves de colores. 


También es posible que todo acabe mal (lo usual).

***

Hoy llovía.