sábado, 25 de julio de 2009

Lo ocurrido

Tenía los ojos soñados, que no soñadores, no se confunda, amable lector. Ocurrió con seguridad en alguna ocasión, aunque no sabe si fue cuando amanecía o cuando anochecía, aunque bien pudo ser durante un sueño apacible y reparador; mas no descarta la posibilidad de que el sueño fuera violento y hasta doloroso. No gritó, puedo garantizarlo, pues esa es cosa contraria a su ya encarnada convicción de no hacer escándalos innecesarios, y menos cuando lo ocurrido se presentó así, tan como si ya se le esperara: con la mesa puesta, y comimos y bebimos... pero no como usted imagina, querido lector, porque yo no hablo de comestibles, ni de mesas galanamente aderezadas, ni de glotones bonachones, sino de lo ocurrido: y el calor del sol le pareció un tormento, lo mismo que el frío nocturno y la tibia lluvia.

martes, 21 de julio de 2009

Dormidos

Después de una discusión, un fuerte dolor de cabeza, unos burritos, unas aspirinas, y muchos besos, nos quedamos dormidos en el Jardín.