lunes, 24 de mayo de 2010

El pato

Parí un pato. Nada podía contener mi consternación: yo mamá... y de un pato. El pato escupía queso amarillo de gran calidad y sabor. Mételo al refri, me dijeron, para que el queso no se haga grumoso (¿?). Mala madre, lo metí. Recordé al pato que seguía a su mamá humana en un jardín y quise que el pato me siguiera a mí y categóricamente dije: ¡pato sí, pero mi hijo! Del refri lo saqué, todo helado el pobre, y en mi regazo lo mecí.