No me es difícil observar que las cosas se deterioran, cambian, envejecen... vivas e inertes. Esto que nos rodea nos digiere amorosamente. Eso es todo. No hay nada que temer. Recibimos lo que damos, ni más ni menos.
Aquí hay un conjuro para mí. Porque sé que todo está bien y que soy hermosa y sabia, que merezco estar bien, estar sana y ser feliz, cómo todos los demás, hijos de Dios, que es la suma bondad, amoroso y justo. Que no he de perderme en las apariencias dolorosas de esta realidad, porque ya no lo quiero, ni para mí ni para nadie. Un conjuro de amor y sanación para todos es esto, porque no hay yo sin los otros. Vivir es lo que busco, gozar de mi existencia y de mi ser bello y creado por el mismo Dios. Gracias, gracias, gracias. Sabemos todos, vivimos amorosamente y plenos gozamos del ser que hasta ahora nos ha asustado, por misterioso, pero del cual ahora sabemos que nada hay que temer, sólo entregarnos y fluir gozosa, confiada y amorosamente.
Mi deseo es despertar mi creatividad, construir para nuestro bienestar, ser útil, agradecida, feliz, abundante, sana, amable, bella y amorosa. Gracias
