miércoles, 20 de marzo de 2013

Y al final, el principio.

No tengo por qué estar bien. No sé a dónde ir. Me siento como una gelatina verde desabrida con mucho sueño. Me arrojo todos los días a la vida. Despierta y sigue. Al fin, vuelvo a casa desgreñada, empolvada y seria. Hum. ¿A qué conclusión has llegado, niña con sueño? He aprendido poco. La humildad es importante. Es más fácil no entender nada. Diga usted la verdad, aunque todo se acabe. Duerma. No explote. Intente comer frutas y verduras. Pregúntese: ¿me pellizcó a propósito? La gente cruel ha sido herida. Te puedes romper el cuello si das una maroma para atrás. Al final volverás al principio. El tiempo te come. Los gatitos leen la mente. No soy una niña. Las patitas de los gatos.  En la noche, no es la luna la que se mueve, sino las nubes. Parece que nadie lee tu mente. Si quieres tener amigos, aprende a contar historias (divertidas). Es rico gritar. No te sonrojes; es vergonzoso. En la madrugada hace mucho frío. Nunca nada sucede como lo imaginas. No acumules basura en casa. Por mandar precipitadamente todo al diablo, puedes perder la vida o lo bonito de la vida. Encuentra la paz. Desea el bien.  Canta:

Minka tiene en sus ojos tristes la espezanza viva; por la tierra blanca viene caminando Minka...

No tengo por qué estar bien. Una arañita corre despavorida, pobre.

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