sábado, 31 de agosto de 2013

Me dormí muy enojada.

Caminaba sintiendo una molestia en los ojos. La gente me miraba con desagrado. Encontré un restaurante-centro de salud. Corrí al baño y me miré al espejo. Mi ojo derecho estaba muy desviado, como si padeciera estrabismo. Me asusté mucho. Intenté con mis dedos acomodarlo. Al presionar ligeramente, mi globo ocular se partió, y un enorme tajo de éste salió disparado, acompañado de tejidos suaves y viscosos. Ay no. Rápido volví a (mal) acomodar todo dentro de la cavidad orbitaria correspondiente. Quedé muy decente pero con tiras de tejido óptico, color azul claro, colgando de mi ojo y... garganta. Casi podía masticarlo y saborearlo, así que procuré no comerlo. Por suerte me encontraba en un restaurante-centro de salud y de inmediato salí y solicité una consulta.

No hay comentarios: