martes, 11 de agosto de 2009

Diario

No he escrito un diario porque mi letra es muy fea. Escribiría cosas del tipo: Él dejó entrar la luz del sol y me despertó, bueno, eso le dije. Ya me había despertado un poco antes cuando lo oí lavar sus dientes. Me salto un pedazo del día. Estuvimos sentados en la banqueta, callados, discutíamos entre largos silencios. Yo miraba un pequeño gusano blanco que se retorcía en el pavimento y forcejeaba con el viento para alcanzar un trozo de basura podrida, que me causó gracia. Nos reconciliamos, pues ya teníamos mucha hambre. Él no supo nada del gusano, ni sé si lo miró... Fui a trabajar. Me dieron ganas de escribir porque estoy leyendo a Vila-Matas y cuenta un poco de verdad de sí mismo mediante los diarios de otros, como el de su mamá, Rosario Girondo: "Cada primer viernes de mes, ella imaginaba un suicidio y lo convertía en poema, como este del viernes 11 de octubre de 1953: 'Sería hoy perfecta /la loca carrera hacia la terraza, / un terrible salto al vacío, / quebrar las maderas de esta casa carbonera, / de la calle Provenza, / el salto al vacío, / lanzándome desde la sexta planta, / como el ama de casa que tira con indiferencia / un balde lleno de agua sucia, / sucia.'*


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*Enrique Vila-Matas: El mal de Montano.

1 comentario:

Idalia dijo...

ay buenísimo lo que escribes, me encantó la cita de Vila-Matas. Saludos!